jueves, 26 de mayo de 2011

Del otro lado del mundo


Tenía ganas de mostrarles otra imagen que vi en uno de mis viajes. Fue camino a Tailandia donde la vi y me dieron muchas ganas de ser mosquito (¡y de hablar hindú!) para poder escuchar el diálogo entre esas dos personas. Era en el aeropuerto de Dubai, donde había un millón de personas de diferente color, de formas de vestir. Escuché francés, brasileño, inglés, italiano y unos cuantos dialectos más que nunca supe bien de donde eran. Lo único que teníamos en común todos los que estábamos ahí era que estábamos esperando para irnos a otro lugar. Y que todos parecíamos tener un sueño padre porque eran algo así como las 3 de la mañana y veníamos de cruzar -al menos en mi caso- varios mares para llegar a un continente distinto.

Y en medio de mi somnoliencia y buscando la postura más cómoda para aguantar las cuatro horas que me faltaban para subir al avión a Bangkok, miré al costado y los vi a ellos dos. Para comérselos con cucharita, eran los dos personajes... (la de la foto de arriba no es la chiquita que vi pero era de la misma edad. Es su versión thai).


En la Puerta 30 de este lugar que tantas veces llaman “no lugar” de Arabia, un padre que parece indio con su hijita que no debe tener más de 6 años, esperan la llegada del avión. Seguramente los lleve a su casa y él parece cansado. Ella, la de saquito blanco que le traspasa las rodillas y de medias cancan del mismo color, juega con un osito e intenta leer una etiqueta. Se nota que recién está aprendiendo a leer y él, con sus anteojos con borde rosa, la corrige. O la ayuda a que termine la oración. Se deben estar yendo a Mumbai. Leí que hay vuelos que salen para allá en algunas horas, desde acá, desde Dubai. Por un rato la deja sola con la tranquilidad de que nadie se la va a llevar. Ni a ella ni a sus valijas. Eso no pasa donde yo vivo.

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